esCuando escuchamos el término escort es muy probable que lo asociemos con prostitución. Pero el término escort formalmente es una persona que se desempeña como acompañante remunerado, es decir, que recibe una paga por acompañar a alguien a un evento social o de otro tipo, no necesariamente implica tener relaciones sexuales, pero en la práctica todos sabemos que se relaciona a ofrecer un servicio sexual a cambio de un pago préviamente acordado, los famosos kinesiólogos, prepagos o prostitutos.
Simple compañía o sexo sin compromiso, directorios de escorts y otras webs especializadas en el tema se han convertido en el medio más rápido y efectivo para contratar a hombres a cambio de su cuerpo.
Ser escort es un trabajo como otro cualquiera:
Es cierto que un gran porcentaje viene de barrios bajos o simplemente se les ha presentado una situación difícil en la vida. Pero también es cierto que hay muchos chicos que trabajan como escorts son de clase media y lo hacen por el gusto de tener una vida más placentera. Por pocas horas ganan lo que muchos no obtienen en un mes, sueldos que les permiten tener una vida holgada, apoyar a sus familias y en muchos casos hasta poder estudiar.
Robert, es el nombre de un acompañante sexual con el que se identifica para esta nota:
“Puede sonar raro para personas de mentes cerradas, pero la idea de ganarse la vida teniendo sexo, que es una necesidad para la humanidad y uno de los mayores placeres sino el mayor, no es una idea que suene nada desagradable. Sin embargo, para sacarle el máximo provecho a este empleo debemos ingeniárnosla y ser bastante más inteligente que la mayoría que se pueda parar en una esquina o una plaza y dar una mamada por un par de soles. Soy muy competitivo y eso me empujó a querer ser un buen amante con mis clientes. Pero llegué a un tope donde me di cuenta de que si quería ser especial o tener éxito en la vida, debía trabajar muy duro para conseguirlo”
“Lo que más suelen preguntar es mi rol sexual y la dotación que tengo. Aunque un porcentaje en menor escala, pero no menos importante se va por el aspecto físico y lo demás es complementario. No soy el mega modelo de revista de portada, pero podría asegurar que no paso desapercibido, tengo buen cuerpo, buena dotación, buenos gluteos y sobre todo un excelente trato que siempre hago que mis clientes puedan volver a contactarme, esa es la diferencia entre unos y otros”.
“Muchos pensarán que quienes suelen solicitar los servicios compañía son personas con poco atractivo físico, pero se equivocan”, indica.
Robert asegura que no sólo es sexo lo que buscan sus clientes también “es la compañía, porque les aportamos algo bueno. Porque se sienten bien con nosotros. Yo, gracias a Dios, siempre me he topado con gente muy buena. Siempre que me voy me escriben: ‘la pasé muy bien, muchas gracias’. Algunos me regalan cosas y me he dado cuenta de que es más que nada porque te ganas a la gente. Les gusta conversar contigo. Les gusta que los escuches sin juzgar. Yo trato de escucharlos y si ellos me piden un consejo, pues se los doy”.
La mayoría de clientes son ejecutivos o hombres casados entre los 40 y 60 años, que prefieren contactarse con un muchacho que les pueda dar lo que en casa no obtienen y lo más importante que todo se maneje con mucha discreción, ya que por ser un servicio contratado, toda relación termina una vez que se retira del apartamento, es por ello que suelen buscar encuentros fortuitos sin el riesgo de crear algún vínculo que pueda complicar su vida privada.
También existen los matrimonios (hombres/mujer) que suelen buscar un acompañante sexual para interactuar con uno o con ambos; “al inicio no era lo mio, pero al ver la gran demanda en las webs y directorios me aventuré en este mercado que también es muy lucrativo, claro está que a veces el esfuerzo es mayor ya que si no es lo tuyo estar con mujeres, te ayudas con el novio o esposo para incentivarte y poder estar en las condiciones de poder atender sin ningún problema.
Tengo amigos que se sorprenden y ellos no se animan a entrar a este mercado, pero creo que está en cada uno hacerlo o no, como también tengo mis restricciones, no suelo atender a chicas trans, no tengo nada contra ellas, tengo varias amigas, pero no me veo en una cama atendiéndolas; en cambio los amigos que se sorprenden que esté con matrimonios, sí las atienden”.
Aunque suene poco común, hay un incremento en personas jóvenes consumiendo los servicios de compañía sexual hoy en día.
‘La razón principal de la transacción económica a cambio de compañía o sexo se debe a que les falta tiempo para mantener una relación de pareja’.
“Los encuentros casuales o los romances pueden ser complicados; contratar un escort ofrece control, la oportunidad para experimentar sexualmente y la exploración de fantasías sin el miedo de ser juzgado por el compañero”, indica Robert al referirse al nuevo perfil de clientes que bordean entre los 25 y 35 años.
En whatsapp Robert es específico: el precio por hora; y sus condiciones: desde la higiene (por ejemplo, que dé o no besos dependerá de la higiene bucal del cliente) hasta el uso del condón.
“Muchos hombres que trabajamos en este oficio tenemos que usar Viagra para poder estar listos y poder complacer a cualquier cliente, ya que lo más importante es que la persona se vaya muy satisfecha”. No pueden faltar tampoco las quejas por lo que se refiere a la dureza de la profesión; “Los clientes que dan más que hacer son aquellos incapaces de mantener una erección si tienen un condón puesto. Cuando eso ocurre, me imagino pasando la siguiente hora hasta que mi brazo acabe entumecido, resultado del esfuerzo que requiere un trabajo manual tan vigoroso. Hoy en día casi todos les gusta hacerlo con poppers(relajantes musculares para facilitar la penetración anal) a fin de obtener mejores resultados”.
Por muy elevadas que sean las tarifas, no todo está permitido. Los límites también existen para un escort: “He recibido llamadas de teléfono de hombres que pedían interpretar juegos de rol en los que entrara el factor del incesto, pero siempre las rechazo. No me siento capaz de meterme en estos papeles. Tengo hermanos; además me han pedido vestirme como un colegial, recuerdo cuando tenía menos edad podría aparentar serlo, estos pedidos me parecían venir de un enfermo pedófilo por querer estar con escolares, pero alguien me aconsejó que era mejor que lo hiciera conmigo que soy mayor de edad a que lo pudiera realizar realmente con un niño.
Lo más loco que me han pedido ha sido poder hacer scat, el cliente te cita en un restaurante, cenamos e incluso te da algo para tomar (debe ser como un laxante) y luego vamos a su apartamento para brindarle lo que solicita, aquí no hay servicio sexual, simplemente es complacer su fantasía, fetiche o lo que pueda llamarse al tener atracción por ello”.
Incluído en el servicio:
“Todo escort debe de tener preservativos como lubricante, el cliente no tiene por qué sacar nada de su mochila, si uno se dedica a esto, tiene que tener los implementos necesarios”.
Prohíbido enamorarse:
“He salido una vez con un cliente. Grave error. Como regla, no salgo con clientes, aunque no puedo decir que no me sienta tentado de hacerlo”.
Como todo ve esta profesión como una ocupación temporal:
“Planeo mi retirada para el otro año, cuando me traslade al otro lado del charco para estudiar mi máster”. Eso sí, a pesar de no tener pelos en la lengua para hablar sobre el lado más oculto de su trabajo, no todos los aspectos privados pueden ser desvelados y guarda para sí a qué dedica su vida académica.
El tiempo promedio que pasan los escorts a tiempo completo en cada ciudad es de alrededor de 20 a 30 días, ya que una característica distintiva con las mujeres de compañía, es que los clientes a menudo prefieren que los acompañantes masculinos sean “frescos” en la escena local. Es por ello que muchos están por temporadas en un país y luego van recorriendo un circuito por las principales ciudades de la región.
Muy interesante,me gusta.