El arcoíris también estuvo presente en el Estadio Olímpico de Luzhniki en Moscú y brillaron justo en el momento en que el presidente ruso, Vladimir Putin, pronunciaba sus palabras de bienvenida a las 32 delegaciones al Mundial Rusia 2018. Previo al enfrentamiento entre su país y su similar de Arabia Saudita en el partido inaugural.
El presidente de la Federación Rusa de Deporte LGBT, Alexander Agapov, gran admirador de la selección de fútbol de su país, asistió al acto inaugural y mostró orgulloso la bandera que identifica al colectivo LGBTIQ.
En su cuenta de Twitter, @Konijnvanolland, Agapov indicó que no tuvo inconvenientes para entrar con su bandera gay al recinto deportivo. El personal de seguridad solo constató que no tuviera ninguno escrito ofensivo. Sin embargo, mientras esperar su turno para pasar un aficionado homofóbico sí comentó a viva voz “no necesitamos ese mundo”.
Así, mientras en la cancha se enfrentaban dos de las naciones más hostiles contra los homosexuales como lo son Rusia y Arabia Saudita, en las gradas algunos aficionados lograron agitar sus banderas del orgullo.
Una vez que el primer partido del torneo comenzó, Agapov estaba preparado y listo para continuar. El resultado final fue victoria para Rusia 5-0 sobre su similar saudita.
“Creo que debes practicar lo que predicas y, si les digo a los aficionados al fútbol LGBT que sean visibles, entonces debería hacerlo yo mismo”, contó Agapov a la agencia AP.
“Cada vez que el equipo ruso marcaba un gol, ondeaba la bandera del arcoíris… Mostraba mi apoyo”, relató. Agapov dijo que nadie lo molestó en el juego por agitar la bandera, solo un fan fuera del estadio le dijo: No quiero ese tipo de mundo”, tal y como luego lo publicó en su cuenta de Twitter.
La Federación de Fútbol Rusa ha dicho que no hay restricciones para que los fanáticos traigan banderas con forma de arcoíris a los estadios, y al menos, en el partido inaugural cumplieron.
Sin embargo, en las calles la realidad ha sido otra. Existen amenazas por parte de los ultras rusos de acuchillear y golpear a las parejas gays que vean besándose y/o agarrados de la mano.
