Es uno de los lemas que se escucha actualmente en el estado de California en USA donde el proyecto de ley asambleario 2943, por parte de los demócratas, en virtud del cual se convierte en delito penal que los profesionales autorizados ofrezcan asesoramiento a miembros de la comunidad LGBT que deseen dejar de formar parte de esta, informó AP.
Bajo el título: “Prácticas comerciales ilícitas: esfuerzos para cambiar la orientación sexual”, la ley AB 2943 prohíbe específicamente la llamada terapia de “conversión”. Si entrara en vigor, se penalizaría todo intento de asesorar a personas LGBT para ayudarlas a convertirse en “heterosexuales”.
El proyecto de ley es una afrenta tal a la libertad personal y la elección que varios cientos de personas se reunieron recientemente en la Casa del Estado de California en Sacramento para protestar por ello. Asistieron a este mitin docenas de “ex-gays” que hablaron sobre cómo la terapia de conversión les ayudó a vivir como ellas deseaban.
“No quería ser gay”, declaró el pastor cristiano Jim Domen, un receptor de la terapia de conversión que ahora tiene esposa e hijos y vive felizmente separado del culto al LGBT. “Por favor, no retiren los programas de ayuda profesional que han ayudado a gente como yo”.
La golfista profesional Kris Olsen, una ex lesbiana, también alzó su voz en el evento: “Si las personas tienen derecho a vivir como miembros de la comunidad LGBT, ¿por qué no tendrían derecho a no hacerlo con la ayuda de un profesional?”.
“El AB 2943 viola mi derecho a elegir”, declaró Olsen. “Es una violación flagrante de mis derechos de la Primera Enmienda y creo que hay una razón por la que nuestros Padres Fundadores eligieron poner estos derechos en la Primera Enmienda”.
Como se indica en el proyecto de ley, su aprobación prohibiría efectivamente toda “publicidad, oferta de venta o venta de servicios que constituyan esfuerzos para cambiar la orientación sexual de un individuo”. Cualquier cosa que caiga dentro de esta categoría sería categorizada como “actos o prácticas injustas o engañosas”, convirtiéndolos en una ofensa ilegal.
