Sientes mucho cansancio después de entrenar varios días a la semana. Dejas de ver a tus amigos y a tu pareja porque tienes que entrenar. Tienes dolores musculares, perdiste el deseo sexual, es probable que estés entrenando mal y estés esforzándote demasiado. Aquí te damos unas señales:
Te obsesionas con una parte de tu cuerpo: a muchos hombres les ocurre que se obsesionan que con incrementar una parte del cuerpo de forma rápida. Comúnmente es de la cintura para arriba: el pecho, los bíceps, la espalda. Esto hace que se pierda la armonía con respecto al resto del cuerpo.
Sientes dolores musculares: en estos casos la espalda es la que sufre más. “El cuerpo no cambia antes por levantar más peso y el esfuerzo debe ser gradual” Cualquier ejercicio en el gimnasio necesita un esfuerzo preciso, ni mucho ni poco.
Te sientes cansado: seguro estás comenzando y entrenas cinco o, quizás, seis días a la semana. Con más de cuatro horas diarias de entreno. Lo más seguro es que termines en el hospital. Si te sientes cansado o fatigado bájale a las horas y a los días de entreno. Recuerda que los músculos necesitan reposo.
Te saltas las comidas: seguro que no desayunas pensando que el entreno en ayuno es mejor. Pensaste mal. Una alimentación saludable es el complemento perfecto para el ejercicio físico. No te saltes las comidas.
Tu deseo sexual disminuye: hay quienes llegan a sustituir el sexo por el entrenamiento en el gimnasio. Ten cuidado si esto pasa. Trata de buscar un equilibrio.