Quienes lo recomiendan dice que ayuda a reducir las arrugas, suaviza la piel y previene el acné y los puntos negros.
Con tal de mantener una piel lozana, hay personas dispuestas a cualquier cosa. Se dice que Popea, segunda esposa del emperador Nerón, se daba largos baños de leche de burra. Más incómodo -especialmente para su comunidad -era el capricho de la húngara condesa Báthory, de quien la leyenda dice que se mantenía rozagante gracias sus baños de sangre de jóvenes doncellas.
Ahora, Chelsee Lewis, una británica experta en cosmética, recomienda las mascarillas de semen como forma de gozar de un cutis rozagante.
Lewis, que asesora en temas de belleza a estrellas como Stella McCartney, Gwyneth Paltrow o Suki Waterhouse, dijo en una reciente entrevista con el periódico Daily Mail que las mascarillas de esperma “son una de las mejores formas para aumentar los niveles de oxígeno y mejorar la circulación de la piel, consiguiendo un brillo inmediato”.
La experta británica explica también que “las relaciones sexuales ayudan a liberar las hormonas del estrés, pero también ayudan al balance de hormonas y mejoran la producción de colágeno”. Dicho esto, prosigue, “puedes ir un paso más allá con una mascarilla de esperma. ¡Sí, has oído bien!”.
“El esperma de tu pareja está lleno de un compuesto llamado espermina, que es un antioxidante que ayuda a reducir las arrugas, suaviza la piel, previene el acné y los puntos negros, y, en general, confiere una apariencia saludable a tu piel”, explica Lewis en declaraciones recogidas por el periódico español Público.
Efectivamente, como explica Chelsee Lewis, la espermina viene utilizándose desde hace años como “ingrediente cosmético para productos antienvejecimiento para la reducción de arrugas”:
“Lo cierto es que el fluido contiene propiedades astringentes, rehabilitadoras y rejuvenecedoras que resultan de lo más beneficiosas para la piel. Desde antioxidantes como el ácido desoxirribonucleico, ácido nucleico que contiene instrucciones genéticas utilizadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos; pasando por minerales como el fósforo -que ayuda al cuerpo a absorber el calcio para fortalecer los huesos-, el zinc o el magnesio; hasta vitaminas como la C, que estimula el crecimiento de las cadenas de proteínas del colágeno, o la B12”, detalla la consejera de belleza.
Se cree que la reina egipcia Cleopatra utilizaba cremas elaboradas con semen humano para mantener su juventud y belleza. En el Papiro Ebers, uno de los más antiguos tratados médicos y de farmacopea conocidos, se lee que Cleopatra “tenía a su disposición un esclavo que le proveía el líquido para aplicárselo todas las noches en el rostro y así preservar su belleza”.