Orlando ha vivido dos jornadas trágicas. No habían terminado de llorar la muerte de la cantante Christina Grimmie, asesinada mientras firmaba autógrafos a sus fans, cuando un nuevo ataque ha vuelto a golpear a los habitantes de esta ciudad norteamericana. Se trata de la mayor matanza por arma de fuego en Estados Unidos hasta la fecha.
Tan sólo seis kilómetros separan el teatro donde la joven artista ofreció su último concierto del club nocturno Pulse, uno de los locales gays más concurridos, en el que al menos 50 personas perdieron la vida y 53 resultaron heridas, según los servicios de emergencias.
“Es con gran tristeza tenemos que decirles que no son 20 sino 50 víctimas, además del atacante. Hay otros 53 que están hospitalizados “, precisó el alcade de esa ciudad Buddy Dyer.
El funcionario dijo que le pidió al gobernador de la Florida declarar el estado de emergencia en Orlando debido a la magnitud del crimen.
Fuentes policiales confirmaron que el asesino de Orlando se llamaba Omar Saddiqui Mateen y vivía en Port Pierce, Florida.
Saddiqui Mateen murió en el lugar durante un enfrentamiento con la policía. Estaba armado con un fusil de asalto M4, una pistola y lo que fue descrito como un “artefacto”.
Fuentes policiales también indicaron que el sospechoso tenía amarrado un posible artefacto explosivo.
Las autoridades no saben si se trataba de un dispositivo real o no. Las fuentes agregaron que habría un posible artefacto explosivo en el coche del atacante.
El tiroteo es investigado como un acto de terrorismo, de acuerdo con el agente especial Danny Banks.
“Estamos investigando esto como un acto de terrorismo. Cuando tenemos potencialmente decenas de víctimas, creo que podemos calificar eso de actividad terrorista. Ya sea un terrorista nacional o internacional”, comentó Banks.
Gunfire exchanged at #pulse nightclub hostage situation in #Orlando. pic.twitter.com/qeF0s6Ien6
— Nic Hornstein (@nichornstein) 12 de junio de 2016