Sí, muchas veces salir del clóset no es algo sencillo, y siempre nos enfrentamos a miedos cuando decidimos compartir con el mundo nuestra verdadera orientación sexual.
¿En qué momento se pensó que la homosexualidad era “incorrecta” y debía ser ocultada? ¿Por qué se permitió que la sociedad actual fuera sinónimo de miedo y discriminación hacia los LGBT+? ¿Por qué los integrantes de esta comunidad deben juntar valor para “salir del clóset”? ¿Salir a dónde? ¿A un mundo que, por derecho, también nos pertenece?
Nadie decide su orientación sexual. Es algo que vamos descubriendo a lo largo de los años. Del mismo modo que un hombre descubre que le gustan las mujeres, y viceversa, a una persona le puede gustar alguien del mismo sexo.
¡Cuántas cosas no pasan por nuestra mente cuando decidimos salir del clóset! Te compartimos algunos de los miedos y retos a los que nos enfrentaremos cuando decidimos dar ese paso.
Inseguridad
Muchos nos sentimos inseguros cuando se trata de salir del clóset. Solo recuerda: ser LGBT+ no es una deviación. Tampoco es una confusión. No es una etapa que pasará con el tiempo. Mucho menos una enfermedad. La homosexualidad —y cualquier otra orientación sexual— es algo tan natural como la heterosexualidad.
Para cada persona es diferente darse cuenta y aceptar su orientación sexual. Para muchos, podría tratarse de una confusión o de un “error” que tratan de ocultar para que nadie más se entere. Pero recuerda: amar no tiene nada de malo.
¿Cuántas veces no hemos escuchado que tal persona decidió salir del clóset después de haberlo ocultado por años? Nadie tiene por qué reprimirse al creer que ha fallado en algo o por temor al qué dirán los demás.
Afortunadamente hoy podemos encontrar apoyo en grupos o instituciones, cuyo objetivo es brindarte ayuda para aceptarte tal como eres y guiar a tu familia y amigos en esta nueva etapa que decides empezar.
Rechazo
Qué triste es pensar que debemos armarnos de valor para “salir” con nuestra familia o con nuestros amigos. Con aquellos que siempre han estado a nuestro lado y nos han querido, aun sin saber que pertenecíamos a la comunidad LGBT+.
Desde luego que la pregunta que siempre nos hacemos es: “¿Cómo van a reaccionar?”. Y eso es en caso de que planees hacerlo, pues hay a quienes los obligan a salir.
Pero ¿por qué deberían tomarlo a mal? No hemos fallado en nada. No vamos a cambiar —en esencia— por el hecho de que nos guste alguien del mismo sexo. Los lazos afectivos que se han formado no deberían terminar por la orientación sexual o por la identidad de género.
Salir del clóset debe ser un momento íntimo. Es recordar todo aquello que
somos como personas, lo que esperamos de nuestros familiares y lo que ellos esperan de nosotros, y el papel que desempeñaremos, en especial, en el proceso de aceptación y el tiempo que nuestros conocidos requieran.
Violencia
Salir con la familia y con los amigos es tan solo el primer paso en nuestra salida del clóset. No sabemos de qué manera lo pueda tomar la sociedad, aunque no tenemos la necesidad de gritarlo a todo el mundo ni que todos lo sepan.
Desafortunadamente se ha vuelto común el bullying en las escuelas, en especial hacia personas LGBT+. Ni qué decir de la violencia que impera en las calles o los crímenes de odio que se han vuelto constantes.
Mucho de esto tiene su origen por la ignorancia, las creencias erróneas o filosofías que hacen creer que la homosexualidad está mal. También por pensar que es algo curable a través de las “terapias” de conversión, que lo único que hacen es causar un gran daño físico y emocional a las víctimas de estos crímenes.
No obstante, es gratificante saber que en nuestro país se ha dando un gran avance en material jurídica, para que las personas que sufren de cualquier tipo de violencia levanten la voz.
Asimismo, se han dado diversas manifestaciones —como la Marcha del Orgullo—, mediante las que levantamos nuestra voz para exigir justicia y pedir que se respeten nuestros derechos humanos.
El miedo es un sentimiento natural. No podemos deshacernos de él. Pero recuerda que siempre habrá alguien en quién apoyarnos en un momento tan importante como es salir del clóset.