Un enema es el procedimiento mediante el cual se introducen líquidos en el recto, ya sea con fines médicos o de limpieza. Realizarlo tiene sus ventajas, pero —como todo en esta vida— también tiene sus riesgos.
El uso del enema para el sexo anal sigue siendo un tema “tabú” por parte de las parejas gays, pues no todos están dispuestos a hacérselo por miedo, asco o por falta de información.
En muchas ocasiones, el pasivo siente la presión de realizarse el enema para evitar cualquier situación incómoda, por eso es importante que lo platiques con tu pareja con tiempo de anticipación y determinar si es necesario hacerlo o no.
Antes de realizarte un enema, debes saber que existe una gran variedad de productos. Te recomendamos escoger uno de uso sencillo, pues solo será limpieza del recto.
Procedimiento
1. Asegúrate de haber ido al sanitario y evacuar la mayor cantidad de deshechos, sin ejercer más presión de lo normal.
2. Con agua tibia, lava la zona perianal y rectal, introduciendo un dedo en esta última —¡con cuidado!—; no quieras meterlo todo, pues podría causarte lesiones internas.
3. Llena la pera o irrigador con agua tibia —puede ser corriente o destilada—. Ten cuidado de que esté TIBIA: ni caliente ni fría.
4. Para tu comodidad, puedes realizar el enema en el inodoro o recostado. Para esta posición, ten a la mano toallas viejas para limpiarte en caso de un escurrimiento.
5. Puedes lubricar el ano y/o la punta de la pera o irrigador para evitar el dolor mientras lo introduces.
6. Con cuidado, introduce la punta en el recto aproximadamente tres centímetros.
7. Presiona con suavidad la pera o el irrigador. Si presionas de más, el líquido podría llegar hasta el colon sigmoide, lugar donde se almacenan las heces antes de llegar al recto.
8. Es importante que no la dejes de presionar hasta que la hayas retirado, de lo contrario el líquido sucio ingresará al instrumento.
9. Si es tu primera vez, es común que sientas la necesidad inmediata de ir al baño.
10. Cuando hayas retirado la pera o irrigador, mantén el líquido por un periodo de tres a cinco minutos. Transcurrido ese tiempo, relájate y expúlsalo.
11. Si lo crees pertinente, puedes repetir este procedimiento una vez más.
12. Una vez que hayas concluido, toma una ducha.
¿Cuáles son los riesgos de los enemas?
La práctica constante de los enemas puede ocasionar irritación y destruir la flora intestinal, afectando el proceso natural de defecación y propiciando, por ejemplo, las diarreas.
En menor medida, puede provocar dolor abdominal, calambres y gases.
Si el agua que aplicas es demasiada fría o caliente, puede afectar las terminaciones nerviosas del colón.
Nunca te sientas presionado para realizarte un enema. Si lo haces para disfrutar del sexo, platícalo primero con tu pareja para evitar cualquier sorpresita.