El punto P es un centro de placer masculino que se estimula a través del ano, y que según los hombres que lo han experimentado con éxito provoca un intenso orgasmo.
Aprende a estimular esta zona erógena, paso a paso.
El punto P es una zona clave de la anatomía masculina para el placer y se ubica en la zona de la pared anterior del recto cercana a la próstata, a unos cuatro centímetros del ano. Al introducir un dedo y realizar una suave presión en este punto puede notarse la próstata –una glándula del tamaño de una nuez o una castaña– y esto será un claro indicativo de que hemos llegado al punto P.
Como en la mayoría de las prácticas sexuales, para algunos hombres la estimulación del punto P es sumamente excitante. Para otros, en cambio, es impensable o incluso desagradable. En todo caso, es una estimulación erótica al alcance de quienes deseen experimentarla.
Cómo iniciarse en la estimulación del punto P
Antes de iniciar la estimulación del punto P es importante que las personas que participen lo hagan de forma voluntaria, libre y sin presión. Es esencial tener en cuenta que no se puede forzar a nadie a tener esta experiencia, y que un buen modo de iniciarse en ella es hacerlo de forma gradual, respetando los límites de cada uno.
En las primeras ocasiones es muy recomendable tomárselo con calma, como un juego y un proceso de descubrimiento, acompasándose al ritmo del hombre que está siendo estimulado y, por supuesto, también al ritmo de quien está estimulando.
Es indispensable aplicar un lubricante en la zona anal para facilitar la penetración y poder alcanzar el punto P con mayor facilidad y fluidez
Es importante jugar y dejarse llevar por las sensaciones utilizando el método de ensayo y error, ya que no necesariamente saldrá bien a la primera, pero bien puede ser todo un éxito a la tercera o cuarta ocasión. Como en todo, se requiere un periodo de aprendizaje y de práctica.
La primera experiencia puede estar asociada a cierto sentimiento de temor que es necesario atender. Esta práctica sexual puede resultar incómoda e inquietante al principio por ser un estímulo poco conocido y rodeado de tabúes. Por ello, ir paso a paso y sin prisas es un modo interesante de aproximarse a este centro del placer masculino. Se trata, por tanto, de ir ganado terreno conforme uno va sintiéndose más cómodo.
Además, es indispensable aplicar un lubricante en la zona anal para facilitar la penetración y poder alcanzar el punto P con mayor facilidad y fluidez. Lo idóneo es utilizar un lubricante especifico para la zona anal, por ser más denso y duradero y facilitar así la penetración. Se recomienda que el lubricante sea de base acuosa para permitir que el organismo lo elimine con facilidad y para no deteriorar los juguetes eróticos y poder limpiarlos simplemente con agua y jabón al acabar.
Finalmente, aprender a relajar el esfínter anal es otro de los hitos para la estimulación placentera del punto P. La tranquilidad, la confianza en la pareja (o en uno mismo) y la buena comunicación con ésta, así como la adquisición del vibrador y el lubricante adecuados, son aspectos relevantes para el éxito.
la estimulación del punto P en el hombre también está asociada a creencias positivas y negativas, tanto de aceptación como de rechazo. Está claro que las creencias positivas nos acercarán a la posibilidad de incluir este tipo de estimulación erótica en nuestras relaciones íntimas. Sin embargo, aquéllos que albergan creencias negativas seguramente la rechazarán y excluirán esta zona erógena de su repertorio sexual.
Creencias positivas sobre el punto P
Entre las creencias positivas encontramos las siguientes:
Se trata de uno de los puntos de estimulación más placenteros e intensos en el hombre.
Es un tipo de estimulación que puede ser tan erótico como el coito o la masturbación para alcanzar el orgasmo.
Es muy recomendable, y los que lo han experimentado con éxito afirman que una vez que lo pruebas ya no quieres renunciar a ello.
Pueden disfrutar de esta práctica todos los hombres que lo deseen porque es independiente de su orientación sexual.
Creencias negativas sobre el punto P
Las principales creencias negativas o prejuicios que hacen que esta práctica resulte un tabú para algunos varones son:
Es una estimulación poco viril.
Es un tipo de estimulación solo para hombres homosexuales.
Puede provocar que un hombre se vuelva homosexual.
Es una práctica sexual sucia, perversa o anormal.
Si te gusta, quiere decir que algo no funciona bien en ti.
Cada persona debe decidir libremente si se trata de un tipo de estimulación que desea incorporar o no en su vida sexual, porque es una opción más entre la gran diversidad de la erótica humana, pero saber cómo realizarla y el placer que puede proporcionar te ayudará en tu elección.