Rocketman, la película biográfica de Elton John salió a la luz la semana pasada. La distribuidora rusa admite haber cortado escenas de sexo homosexual protagonizadas por el actor Taron Egerton.
El mundo esperaba ver la película del músico Elton John, pero Rusia va a tener que verla censurada. Recortaron las escenas de sexo por tener contenido homosexual.
Según Amnistía Internacional (AI) el hecho puede ser calificado como “censura homofóbica”, pide restaurar todas las escenas borradas del filme mediante un comunicado de prensa.
El ministro de Cultura, Vladímir Medinski, negó este viernes que su cartera tenga algo que ver con la censura “Nosotros no cortamos nada…Si usted se imagina al ministerio de Cultura como una organización que corta toda la cinta con una tijera en la mano, esa es una idea falsa. Nosotros tenemos otras funciones”, respondió.
Según el diario ruso Kommersant, quienes distribuyen la película has censurado una escena de relación homosexual, todos los besos entre hombres y también donde Egerton consume drogas.
El odio de Putin
Son muchos los homosexuales que denuncian las purgas en Chechenia. Un ejemplo de esto es Maxim Lapunov quien estuvo detenido en la capital de Chechenia, Grozni, al menos durante dos semanas, durante las cuales fue agredido físicamente en varias ocasiones. Por fin pudo salir en libertad tras firmar una declaración en la que reconocía que era gay. No pudo identificar a los sujetos que le arrestaron pero le dijeron claramente que lo matarían si hablaba de esta detención. Estos relatos se conocieron en el 2017 pero esto viene de más atrás.
La actual Rusia tiene un régimen conservador y con una Iglesia Ortodoxa que aún ejerce mucho poder, Putin se valió de esto para llevar adelante su medida “Anti-gay propaganda law (ley de la propaganda anti-gay)”, promulgada en 2013 que prohíbe que se emita propaganda sobre “relaciones sexuales no tradicionales” con la intención de proteger a los menores de edad.
El caso de Rusia es particularmente llamativo, ya que el colectivo LGTBI es discriminado de forma masiva y sistemática, denuncian las ONG pro derechos humanos.
Según una de ellas, ILGA-Europa, “Rusia es el cuarto peor país europeo, entre 49, para los derechos de este colectivo y la situación es especialmente grave en regiones como el Cáucaso Norte, en especial en Chechenia, donde se multiplican las denuncias de asesinatos y torturas de miembros del colectivo”.
Estas medidas son una expresión de la alianza de la Iglesia Ortodoxa rusa y el gobierno de Putin, quien le devolvió una gran parte de las propiedades expropiadas por la Revolución de octubre de 1917, mostrando que en pleno siglo XXI los gobiernos capitalistas pueden estar muy lejos de los avances que lograron las y los trabajadores cuando tomaron el poder, posibilitando la conquista de derechos como el divorcio, la patria potestad compartida o el aborto legal mucho antes que en la Europa moderna, y terminando con la criminalización de la homosexualidad.