Si
vas a practicar sexo por la retaguardia o también conocido como anal por primera vez sigue estos consejos
El sexo por la puerta de atrás, por la retaguardia o mejor conocido como sexo anal ¿te genera inquietud? ¿Eres primerizo y estás decidido a probarlo dejando atrás los tabúes? ¿No sabes por dónde empezar porque quieres que sea placentero y no doloroso?
Hoy te tenemos una guía extensa de lo que debes y lo que no debes hacer para entrar en materia.
¿POR QUÉ HAY QUE PREPARARSE?
A pesar de tratarse de un “mecanismo” que conocemos, intentar tener sexo anal por primera vez “a las bravas”, sin preparación, puede llevarnos a sentir dolor… y que por ello descartemos esta opción que quizá de otra forma nos hubiera gustado.
La penetración es penetración, sí, pero vagina y ano tienen características diferentes que debemos tener en cuenta si queremos disfrutar de la experiencia. Las fundamentales:
El ano no está preparado para dilatar de la misma manera que lo hace la vagina, por lo que hay que “hacer las cosas de un modo distinto”.
El ano no produce tanta lubricación, por lo que el riesgo de dolor y heriditas es mayor.
Si vas a practicar sexo por la retaguardia o también conocido como anal por primera vez…
Ten claros tus motivos
Como todo en el sexo, por favor, ha de hacerse desde la libertad y la apetencia, desde el querer disfrutar de nuestro cuerpo y explorar nuestras posibilidades y vías de placer… no porque nuestra pareja lleve insistiendo años y queramos hacerle un regalo de cumpleaños.
El sexo, sea anal, vaginal o sobacal -gustos hay para todo- no es algo “por lo que pasar”, es algo para ti, es placer y, sobre todo, es amor… propio.
Así que en general, y con el sexo anal en particular, hazlo porque te da la gana, por nada más. Si no vas convencido, si estás nervioso, tus músculos estarán tensos, y entonces este tipo de penetración , seguro, molesta y dolorosa. ¿Qué sentido tiene? Ninguno.
Poquito a poquito, suave, suavecito…
Quizá no era la intención de Luis Fonsi, pero el título de su canción es el mantra a seguir en estos casos.
Como decía antes, el ano no dilata como la vagina, de manera que tenemos que “ayudarle” e ir haciéndolo poco a poco.
Lo ideal es empezar con un dedito. ¿Qué todo va bien? Pues vamos con dos… Así el momento de la penetración con el pene no será tan molesta como si lo intentásemos “de cero”.
El lubricante es nuestro aliado
El ano no tiene esta “función” de autolubricarse , de manera que tenemos que ser nosotros quienes aportemos “el extra”.
El uso de lubricante en el sexo anal es importante, ya que de lo contrario corremos el riesgo de que se rompa el preservativo (y esto no lo queremos bajo ningún concepto), de hacernos daño (una herida sangrante en esa zona no es el mejor recuerdo de un encuentro sexual, ¿verdad?) y de pasar realmente un mal rato sin necesidad.
Usa preservativo
Muchos ven el sexo anal como una vía para tener sexo sin necesidad de usar preservativo: “Total, es por la puerta de atrás… ”
Además, deberías tener presente que, practicando cualquier tipo de sexo, hay altas posibilidades de contraer una infección de transmisión sexual.
Limpieza, higiene y “eso” que te preocupa
A muchas personas les preocupa, y bastante, la idea de que puedan mancharse, o manchar a su compañero de juegos, con aquello que fabrica el ano.
La idea de que tus heces hagan aparición en mitad de la diversión puede que te quiten las ganas, pero, una persona que siga unas medidas de higiene correctas tendrá su ano tan limpio como cualquier otra parte del cuerpo.