En medio de la agitación interna provocada por el documento que concedió bendiciones pastorales y espontáneas a parejas en situaciones irregulares, como aquellos que se han divorciado y vuelto a casar, así como a parejas del mismo sexo, y que fue objeto de rechazo y cuestionamiento por parte del sector más conservador de la Iglesia católica, el Papa Francisco no siente temor de que esto pueda desencadenar un cisma.
En una extensa entrevista publicada en un diario, donde también abordó su próximo encuentro con Milei y la “hipótesis” de un viaje a Argentina, al ser preguntado sobre si teme un cisma, el Pontífice no titubeó. “No. Siempre ha habido pequeños grupos en la Iglesia que expresan reflexiones de tono cismático… Hay que permitirles expresarse y seguir adelante”, respondió.
Por otro lado, no ocultó que enfrenta con serenidad la controversia generada en ciertos sectores tradicionalistas por la Declaración “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, emitida con su respaldo por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) el pasado 18 de diciembre. “Quienes protestan vehementemente pertenecen a pequeños grupos ideológicos”, señaló. “Un caso particular son los africanos: para ellos, la homosexualidad es algo ‘feo’ desde el punto de vista cultural y no la toleran”, agregó. De hecho, en un documento respaldado tanto por él como por el prefecto del DDF, el cardenal cordobés Víctor Manuel “Tucho” Fernández, los obispos africanos declararon que no llevarían a cabo bendiciones a parejas homosexuales.
“Sin embargo, confío en que, gradualmente, todos puedan encontrar serenidad respecto al espíritu de la declaración Fiducia supplicans: su objetivo es incluir, no dividir. Invita a recibir, a encomendar a las personas y a encomendarse a Dios”, explicó.
“Me preguntan por qué se otorgan bendiciones a parejas en situaciones irregulares y del mismo sexo. Y yo respondo: el Evangelio es para santificar a todos, siempre y cuando haya buena voluntad. Es necesario ofrecer instrucciones precisas sobre la vida cristiana. Quiero subrayar que no se bendice la unión, sino a las personas. Pero todos somos pecadores: ¿por qué elaborar una lista de pecadores que pueden entrar en la Iglesia y otra de pecadores que no pueden? Esto no concuerda con el Evangelio”, dijo, aclarando el alcance del documento, como lo hizo la semana pasada al recibir en audiencia a los miembros de la reunión plenaria del DDF. En este contexto, reiteró que “la clave de interpretación es Jesús” y que “Cristo llama a que todos estén dentro de la Iglesia”, como había expresado durante la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. “Cuando me preguntan ‘¿pueden ingresar también estas personas en situaciones morales incómodas?’, yo afirmo: ‘todos, así lo ha dicho el Señor'”, subrayó, reconociendo que, en los últimos tiempos y después de Fiducia Supplicans, ha recibido numerosas preguntas de este tipo.
