Estas son algunas de las oportunidades que pasaron frente a nosotros mientras la sociedad nos decía que nuestro lugar estaba dentro de un clóset.
Parecería que nuestra vida cotidiana siendo alguien LGBT era la misma que la de los demás, pero no. Frente a nosotros veíamos pasar un mar de oportunidades que nunca pudimos conocer al igual de como lo hacían algunos adolescentes. El clóset no solo ocultaba nuestro arcoíris , sino que también lo apagaba.
Situaciones meramente cotidianas en cualquier etapa de nuestra vida –estando dentro del clóset– que nos hicieron limitarnos, todo por no querer que se supiera nuestro secreto.
Incómodas pláticas
Tu crush inolvidable
“Papá, mamá, les presento a mi novio”
Defendernos de ideas erróneas o mentiras
Contenido LGBT
Hace unos años no existía la misma apertura de contenidos LGBT+ en los medios tradicionales como hoy en día , cuando llegaba a pasar alguna referencia LGBT mientras estábamos con nuestra familia, era algo que a muchos se les hacía incómodo –y lo era–. Ahora los contenidos LGBT han crecido, algo que ahora hace mucho más fácil traer la conversación normalizada a la mesa sobre lo que realmente viven algunos LGBT
Sin duda, las cosas cambian y todo mejora. Salir del clóset no era el fin del mundo y todo eso que tanto se nos hacía incomodísimo o nos daba mil vueltas en la cabeza, sería algo que se solucionó unos años después.
Cuando salimos del clóset nos peercatamos que “la olla al final del arcoíris” no era un gran recipiente con oro rodeado de duendes cantando felices, ni tampoco era el final, era solo el inicio de una vida de la que no nos arrepentiríamos. Ahí estaba nuestra “olla de oro”, ahí está nuestro verdadero yo.
¡Adiós, clóset! Recordar esto fue casi como una carta a nuestro “yo del pasado”, en donde nos despimos de nuestros miedos…