La Dieta Keto Una de las alternativas más usadas

Una de las alternativas más usadas al momento de quemar grasas y perder peso con rapidez es la dieta keto o cetogénica de la cual a continuación te contamos todo lo que tienes que saber: cómo se hace y cómo afecta a tu organismo su práctica.

¿Qué es la dieta cetogénica?

La dieta keto o cetogénica es aquella que induce en nuestro organismo un proceso denominado cetosis que es la producción de cuerpos cetónicos.

Para lograr dicho proceso es fundamental reducir al máximo la proporción de hidratos, el nutriente que representa la principal fuente de energía de nuestra dieta. De esta manera, el cuerpo se ve obligado a emplear grasas como fuente de energía, tanto las que consumimos como las que tenemos almacenadas en nuestro cuerpo.

Serán tantas las grasas que se metabolicen para producir energía que el cuerpo culminará formando cuerpos cetónicos con ellas y éstos reemplazarán en algunos órganos a la glucosa que es el principal combustible energético del organismo.

Así se hace una dieta cetogénica

No hay una sola dieta cetogénicao o ketogénica, sino que entre diferentes propuestas milagrosas encontramos muchas que promueven la cetosis. Sin embargo, todas tienen en común una característica: reducen enormemente la ingesta de hidratos de carbono alcanzando proporcione inferiores a los 50 gramos diarios.

Para poder reducir tan notoriamente el consumo de hidratos se incrementa el de los otros nutrientes energéticos tales como las grasas y las proteínas, que se harán presentes en cantidades de entre 50- 60% y de entre 20-30%, respectivamente.

Para lograr la distribución nutricional antes dicha, es indispensable erradicar de la dieta alimentos ricos en hidratos pero muy populares tales como todo tipo de cereales y derivados, legumbres y harinas y limitar al máximo el consumo de frutas y verduras, evitando sobre todo las más amiláceas.

Por supuesto, no se podrán consumir azúcares de ningún tipo ni alimentos que los contengan y en la dieta deberán predominar alimentos fuentes de grasas y proteínas tales como carnes en general (que no alcanzan el 1% de hidratos), aceites, huevo, queso, aguacate, frutos secos y algunas semillas.

En estos alimentos se basará nuestra dieta por lo que si somos consumidores habituales de legumbres y cereales, así como de frutas y verduras en grandes cantidades, nos resultará un poco compleja y tardaremos en remodelar nuestro menú diario.

Así afecta a tu organismo

Una dieta habitual suele tener entre 5 y 10 veces más carbohidratos que una dieta cetogénica, pero la mitad de grasas y de proteínas que podemos encontrar en las alternativas que promueven la cetosis.

El mayor aporte de proteínas y de grasas de las dietas keto o cetogénicas son aliadas al momento de adelgazar, no sólo porque como dijimos promueven la movilización de ácidos grasos como fuente de energía en reemplazo de los hidratos casi ausentes, sino también, porque sacian grandemente favoreciendo la reducción en la ingesta energética aun cuando se permite el consumo ad libitum como ha señalado un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition.

Por otro lado, el gran aporte de proteínas, si se acompaña de un entrenamiento adecuado, evita que perdamos masa muscular mientras quemamos una gran cantidad de grasas y perdemos peso.

Asimismo, aunque siempre hemos vinculado dietas ricas en proteínas y en grasas (muchas de ellas saturadas) con mayor riesgo cardiovascular, una investigación realizada en la Universidad de Kuwait revela que tanto el colesterol malo como el colesterol total, los triglicéridos, la urea y los niveles de glucosa en sangre se redujeron considerablemente junto al peso y la grasa corporal, mientras que se aumentó el colesterol HDL y no se modificaron notablemente los niveles de creatinina. Todo esto indica mejoras en el perfil metabólico y la salud general de las personas evaluadas asociadas muy posiblemente, a la reducción de grasa y peso corporal que la dieta cetogénica produjo.
Sin embargo, la dieta cetogénica no está libre de desventajas y efectos secundarios, pues en primer lugar resulta compleja de llevar a cabo y requiere de supervisión profesional o de enormes conocimientos en nutrición para su realización.

Por otro lado, no es una dieta que podamos realizar toda la vida o que promueva hábitos de vida sanos, ya que no constituye una alimentación equilibrada sino que propone una alternativa ocasional y temporal para perder peso y grasa.
Como el cerebro debe emplear cuerpos cetónicos en reemplazo de glucosa, su combustible predilecto, el rendimiento cognitivo puede afectarse como lo han demostrado científicos estadounidenses.

También podemos experimentar mal aliento, cefaleas, mareos y náuseas, aunque estos últimos síntomas son poco frecuentes y si se presentan, la experiencia indica que desaparecen a medida que avanzan el estado de cetosis en el tiempo.

En conclusión, la dieta keto o cetogénica es una alternativa que bien controlada y planificada puede ser de mucha ayuda para quemar grasas y obtener mejoras metabólicas, por eso, muchos la emplean en etapa de definición muscular. Sin embargo, también podemos acudir a dietas bajas en hidratos no cetogénicas que promueven el adelgazamiento sin que nuestro cuerpo ingrese en cetosis y sin necesidad de mayores restricciones en la dieta habitual.

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