Terapias de Conversión lo que no sabes de ellas

6 cosas que pasan en las terapias de conversión
No, no es una historia de ciencia ficción. Esto ocurre en los lugares que prometen hacer que “cambies” de orientación sexual.

La orientación sexual de alguien no puede ser modificada, pero hay quienes se aferran a creer que sí, y están dispuestos a todo para intentar comprobarlo. Mucho se ha hablado ya sobre la existencia de estas terapias y la lucha constante de activistas pro LGBT  alrededor del mundo que buscan su prohibición por ser dañinas y peligrosas, pero ¿qué ocurre ahí?

Varios reportes e investigaciones han llevado a descubrir qué cosas pasan a puerta cerrada en estos lugares. En una investigación realizada para un diario en México, una periodista descubrió que estos “centros de ayuda” prohíben el uso de cualquier aparato que permita la comunicación externa, así como las videocámaras, grabadoras de audio o micrófonos.

A continuación te compartimos algunas:

Aislamiento


Muchas de las personas que han vivido esta experiencia la describen como un secuestro. El aislamiento que existe en estos espacios es por demás aterrador, mientras que la exposición entre los miembros “sanos” que ahí se encuentran es dura y tiene la intención de culpabilizarte por amar diferente.

Inyecciones de adrenalina

Aunque se presume que este tipo de acciones ya no se toman, las inyecciones de adrenalina estaban contempladas como parte de la terapia. Al tener grandes cantidades de adrenalina en el cuerpo, el “paciente” pasaba a un estado adrenérgico, situación que lograba llevarlo a un punto importante de terror. En esta etapa, los “médicos” aprovechaban para proyectar pornografía gay, algo con lo que intentaban traumatizar al paciente para que no fuera replicado una vez finalizada la sesión.

Electroshocks

Por si la adrenalina no es suficiente, las sesiones de electroshocks también son los métodos empleados para intentar conseguir los mismos resultados. Descargas de electricidad en el cuerpo del “paciente” mientras ve escenas con contenido homoerótico, forman parte de la desafortunada terapia. Existen registros de que en las mujeres se ha llegado a utilizar esta técnica en su vagina

Represión

La feminidad no está permitida. Si bien se ha dejado en claro que esto no tiene nada que ver con la orientación sexual de una persona, es algo a lo que recurren los extremistas religiosos que suelen practicar (en su mayoría) estas terapias. Las mujeres tienen prohibido el uso de pantalones o cualquier otra prenda que no sea “apta” para que porte una señorita. Lo mismo con los varones y los accesorios o hasta los colores tenues.

Cero muestras afectivas

Las muestras afectivas entre varones quedan eliminadas. Los abrazos o los saludos en las mejillas quedaron de lado, misma situación con las mujeres. Para que “tu lado gay” deje de existir, aseguran que esto lo dejes de hacer para” olvidarte de tu gusto por los hombres”, como si se tratara de una gripe.

Prácticas fraudulentas y llenas de mentiras

Además de este abuso físico, mental y emocional, quienes acuden a las terapias de conversión deben pagar una cuota. Esto significa que están siendo estafados, ya que la orientación sexual no puede ser modificada bajo ningún procedimiento.

Sin duda esto es solo un poco de lo que pasa en las terapias de conversión, y leerlo o imaginarlo no se compara en lo más mínimo con la forma en la que las personas que pasaron o están pasando por esto, viven. Es necesaria la empatía para comprender el dolor físico y emocional por el que se atraviesa en estos fraudulentos lugares. Como para de la comunidad LGBT podemos ayudar a combatir estas pseudoterapias. ¡Ni un LGBT más!

La falsa idea de que la felicidad se ve opacada por nuestra orientación sexual es una farsa, y necesitamos que el mundo y los LGBT que aún no han logrado aceptarse lo sepan.

¿Ahora entienden por qué la insistencia por hacernos visibles ante el mundo y la incansable lucha de nuestros derechos?

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