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España ningún profesional ha dicho públicamente que es homosexual
La noticia queda lejos geográficamente pero interpela a todo el mundo del deporte, y especialmente al del fútbol. El jugador australiano Andy Brennan, que compite actualmente en la segunda división de su país y lo hizo también en primera, se ha convertido en el primer futbolista profesional australiano que explica que es homosexual mientras está en activo. En España, ningún hombre lo ha hecho aún.
“Me han hecho falta años para sentirme cómodo para decir esto: soy gay. Me daba miedo que afectase a mis relaciones, mis compañeros de equipo, mi familia. Pero el apoyo de las personas de mi entorno ha sido enorme y me ha ayudado ha dar el paso final y abrirme totalmente. Abrirme es la forma de sentirme cómodo y poder ser quien soy”, escribía en su cuenta de Instagram.
Son muy pocos los jugadores de fútbol en todo el mundo que han dado este paso y por ello la decisión de Brennan ha tenido un cierto eco internacional. Los deportes de equipo, especialmente el mundo del fútbol de élite todavía están vinculados con una masculinidad cerrada y estereotipada. Aunque la sociedad ha evolucionado hacia una comprensión de la igualdad al margen de la orientación sexual de cada uno, quedan algunos reductos cerrados y uno de ellos es el fútbol.
Un día después de dar el paso, Brennan agradecía la reacción y los apoyos recibidos y explicaba que pretende ayudar especialmente a aquellos deportistas que sienten que no pueden dar el paso, para decirles que tendrán el apoyo de sus compañeros y entrenadores. Dar el paso nunca es fácil sobre todo en la élite y en estos contextos de masculinidad cerrada ya que se atraen los focos, y quien da el paso se pone una presión añadida.
Andy Brennan explica en su cuenta de Instagram que gracias al apoyo de su entorno ha podido dar el paso
Brennan no es el primero que lo hace, pero los ejemplos en todo el mundo se cuentan con los dedos de las manos. En Europa, el principal referente es Thomas Hitzlsperger, jugador alemán 52 veces internacional, que dijo que era gay en el 2014, pero unos meses después de haber colgado las botas. A raíz de su paso, Liam Davis, que milita en un club
inglés de segunda división, también alzó la mano para intentar que otros más siguiesen su ejemplo.
En el recuerdo queda Justin Fashanu, jugador del Nottinghan Forest, que fue el pionero en 1990 recibiendo un escasísimo apoyo social. Fashanu se suicidó en 1998 tras ser denunciado por una agresión sexual.
En España el silencio sigue mandando. El peso de esta masculinidad cerrada y antigua se demuestra con el ejemplo de Mapi León, la jugadora de la selección española femenina y del Barça. Hace muy poco tiempo que el foco mediático está puesto en el fútbol femenino y la central del FC Barcelona ya explicó con normalidad hace unos meses que es lesbiana.
El Consejo Superior de Deportes, la Asociación de Futbolistas Españoles y el Observatorio contra la LGTBfobia presentaron hace ya un año una campaña para luchar contra la homofobia en el ámbito futbolístico con el lema Fútbol y visibilidad LGTBI. “Me extraña que ningún jugador de élite se haya declarado gay, esto demuestra que queda mucho trabajo por hacer”, comentaba Javier Edo, representante de integridad de la AFE.