Una vacuna podría reducir en un 90% el VIH

Un grupo de investigadores italianos acaba de anunciar que está trabajando en una vacuna que es capaz de reducir en un 90% el virus de inmunodeficiencia humana ( VIH) en pacientes portadores.

Desde la aparición oficial del Sida a principios de los ’80 hasta la fecha, el VIH ha sido objeto de miles de ensayos clínicos en una busca de la cura. Algo que hasta ahora no se ha logrado, pero sí se ha podido reducir la presencia del virus en el organismo a niveles indetectables a través de medicación.

El uso de una vacuna para alcanzar esta meta sería una nueva etapa en la lucha contra el VIH/Sida.

Según el diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, el Sida es la “fase final y avanzada de la infección crónica por VIH”.
Esto quiere decir que el Sida es la enfermedad y el VIH el virus que la origina, si no se sigue un tratamiento adecuado. Pero se puede ser portador del virus y no padecer nunca la enfermedad.

Actualmente, unas 40 millones de personas viven con VIH/Sida en el mundo.

En los Estados Unidos hay 1.2 millones de personas que viven con VIH, pero una de cada 7 no sabe que porta el virus, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ( CDC). De los 40,324 diagnósticos de VIH que se registraron en el país en 2016, los hispanos representaron el 26% (10,292).

Sin embargo existen buenas noticias, ya que científicos del Centro Nacional de VIH/SIDA del Instituto Nacional Italiano, dirigidos por la profesora Barbara Ensoli, lograron una importante reducción del virus en los pacientes a los que se les administró una vacuna llamada VIH-1 Tat, en la que han estado trabajando desde hace más de 10 años.
Los hallazgos fueron publicados en Frontiers in Immunology.

¿En qué consiste el tratamiento?
La infección por VIH suele diagnosticarse mediante análisis rápidos que permiten detectar la presencia o ausencia de anticuerpos contra el virus. Los anticuerpos son proteínas que produce el sistema inmunológico para atacar a diferentes bacterias, virus o alérgenos.

En la mayoría de los casos, los resultados se obtienen en el mismo día con el fin de diagnosticar la infección, atender a los afectados e iniciar el tratamiento lo antes posible.

Con respecto a las vacunas, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. ( HHS), informa que existen dos tipos:

Vacuna preventiva: se administra a personas seronegativas (sin presencia de anticuerpos, en este caso contra el VIH), con el objetivo de preparar al sistema inmune del paciente para reconocer y luchar eficazmente contra el virus, en caso de que infecte a su cuerpo en un futuro.
Vacuna terapéutica: se administra a personas seropositivas (que tienen presencia de anticuerpos contra el VIH) con el objetivo de reforzar la respuesta inmunitaria del paciente al virus que ya se encuentra en su cuerpo.
La primera es objeto de estudios en curso y todavía no ha habido resultados positivos en humanos. La segunda es la que Ensoli y su equipo han estado probando en 92 voluntarios durante 8 años. Tras realizar el seguimiento los especialistas encontraron una reducción de un 90% del virus en los pacientes vacunados.

Según los científicos, la vacuna VIH-1 Tat es segura e inmunogénica, esto quiere decir que permite que el sistema inmune reaccione ante las amenazas, en este caso el VIH.

“Estos resultados abren nuevas perspectivas para una cura funcional del VIH, es decir, la capacidad de controlar el virus durante la suspensión del tratamiento antirretroviral”, aseguró la profesora.

El objetivo de la vacuna es ayudar a las personas con VIH a controlar la infección luego de las interrupciones de la terapia, necesarias para dar un respiro al organismo de los medicamentos contra el virus.

Cómo se contagia
A pesar que los avances son prometedores, el VIH continúa siendo una gran amenaza. Una forma de controlarlo es conociendo las formas más comunes de transmisión:

Tener relaciones sexuales (anales o vaginales) sin la protección adecuada, con una persona infectada.
Padecer otra infección de transmisión sexual como sífilis, herpes, gonorrea o vaginosis bacteriana.
Transfusiones de sangre o trasplante de tejido contaminado.
Transmisión de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia.
Intercambiar agujas, jeringas o soluciones contaminadas.
Utilizar equipo quirúrgico u otros instrumentos contaminados.
Todos los puntos anteriores son prevenibles con un consistente uso del condón, medicamentos y uso responsable de jeringas (o programas de intercambio).

El contagio por sangre infectada se ha reducido casi a cero, gracias a un estricto control de los bancos de sangre. Y la transmisión vertical, de madre a hijo, también se previene gracias a intervenciones en el momento del parto.

Lo esencial es hacerse la prueba, y si se porta el VIH, recibir cuidado médico permanente y tomar la medicación sin olvidos.

Para las personas que no son seropositivas pero que pueden estar en riesgo, existe ahora una capa de protección adicional con la Profilaxis de Pre Exposición (PrEP), una píldora de una toma diaria que puede reducir el riesgo de infección por VIH hasta en un 92%, si la persona estuvo expuesta al virus, si se la consume tal cual indica la receta.

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