Para quienes tienen más de 30 años, sin haber estado en la época que la diva italiana tuvo su apogeo, pudieron disfrutar y divertirse con sus diferentes temas musicales bailando a ritmos muy pegajosos en las pistas de bailes de las diferentes discotecas gays.
Raffaella Carrà en realidad Raffaella Maria Roberta Pelloni (Bolonia 1943), la polifacética artista, creadora de Caliente, caliente o Hay que Venir al Sur falleció este lunes 05 de julio por la tarde en su casa romana a los 78 años. La artista, también considerada la gran showgirl de la televisión italiana, atravesó en lo últimos meses con enorme discreción una enfermedad que la apartó definitivamente de su pasión por el trabajo. El coreógrafo Sergio Japino, su expareja, fue el encargado de dar una noticia que dejó perpleja a toda Italia. “Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento resplandecerán siempre”. La gran diva no tuvo hijos, pero con el símil que ella acostumbraba a usar, deja huérfanos a millones de telespectadores y a una legión de incondicionales que encontraron en ella al icono de una época. Pero, sobre todo, a un inesperado y desacomplejado símbolo de la libertad.
A los 73 años había anunciado su retirada y mostraba algunas dudas sobre su regreso. “Tengo una edad y todos esperan que cante y baile, pero ya no tengo ganas de hacerlo. He trabajado toda la vida, he tenido satisfacciones más grandes de las que nunca hubiera esperado y momentos de televisión extraordinarios. No es que sienta la necesidad de volver a la televisión, se está bien también sin mí”, aseguró. Pero conservaba la naturalidad que le permitió triunfar en España y en Italia y volvió a seducir al público italiano, que la adora.
Símbolo LGTBI
Su muerte golpeó fuerte al espectáculo europeo y americano, lugares en los que su impronta ha quedado sellada desde que irrumpió como un huracán durante la década de los 70. Su forma de expresarse, su compromiso constante -y ante todo- con la libertad la llevó a ser un verdadero ícono pop femenino, lugar que luego ocuparían estrellas como Madonna o Britney Spears en las respectivas décadas siguientes.
Raffaella no tuvo hijos. Pero, de algún modo, los engendró a millones con su público y con su legión de fieles seguidores, que corrieron a llorarla en masa en las redes. Muchos entre la comunidad LGTBI, que siempre vio en ella a una musa de la libertad y de la defensa de los derechos civiles en un periodo en el que apuntarse a esta batalla no era tan fácil como hoy. Y mucho antes, claro, de que lo hicieran artistas como Madonna. Ella sonreía divertida. “Moriré sin saberlo. En mi tumba dejaré escrito: ‘¿Por qué he gustado tanto a los homosexuales?’”, respondía a la cuestión en una entrevista con Il Corriere della Sera hace tres años. El tema Lucas, que lanzó en 1978, acabó convirtiéndose en un símbolo.
Varias décadas después de su discurso de avanzada, Raffaella recibió el Premio World Pride en 2017 por su colaboración con la igualdad de derechos. “El camino hacia la igualdad no está todavía completado”, dijo al recibir el premio y agregó: “El amor es fundamental en la vida, y eres libre de dedicarlo a quien quieras”.
Raffaella vivió la pandemia con angustia y hastío. En su última entrevista, realizada en 2020 con el Il Corriere della Sera, dijo que “tenía miedo”. “Mucho miedo. No salgo y este 2020 se ha convertido en un año sabático. El 31 de diciembre habrá que romperlo todo”. Y luego añadía: “Últimamente me he visto en las noticias un par de veces y me dije: Dios, ¿qué sucede? Y pensé que la tercera vez dirán que estoy muerta. Pero toco hierro”. Siempre a contracorriente.
Más allá de su larga trayectoria en la pequeña pantalla, Carrà ha sido muy admirada y querida por sus grandes canciones, que han conquistado con sus melodías y sus bailes, desenfrenados y descarados, a varias generaciones.
Hasta siempre Raffaella, el cielo está de Fiesta…!!!