La Iglesia anglicana de Canadá, tercera en número de fieles de ese país, ha aprobado la celebración de bodas religiosas entre personas del mismo sexo. La decisión se produce un año después de que la Iglesia episcopaliana, rama estadounidense de la confesión anglicana, hiciera lo propio. La aprobación del matrimonio religioso igualitario por los anglicanos canadienses no ha estado exenta de polémica, al haberse tenido que hacer un segundo conteo de los votos después de que contra todo pronóstico se anunciase, tras el primer recuento, que la propuesta de cambio había sido derrotada por un solo voto.
La decisión de modificar el canon matrimonial para incluir a las parejas del mismo sexo es competencia del Sínodo General, que cuenta con tres órdenes: la episcopal, la del clero y la laica. En cada una de las tres órdenes era preciso que la decisión contase con mayoría de dos tercios. Tras el primer recuento, dicha mayoría se alcanzó tanto entre los obispos como entre los laicos, pero en el caso de la orden del clero se anunció que el resultado, aunque favorable al matrimonio igualitario, había quedado un voto por debajo de los dos tercios.
Por su parte, los anglicanos se han mostrado muy agradecidos de este gran paso que ha dado su iglesia comprendiendo lo que son sus vidas y sobre todo sus sentimientos hacia el prójimo. Igualmente, ya se ha avisado de que este nuevo paso, por positivo que sea, también concentrará todo tipo de tensiones y amenazas hacia la ruptura formal de la Comunión anglicana.